domingo, 3 de mayo de 2009

El planeta Efron.

Suceden cosas extrañas en este mundo, hechos que parecían metidos en el baúl de los recuerdos pero que siempre, siempre, vuelven a reiterarse ante nuestros ojos: la mirada en blanco, los gestos desquiciados, los gritos histéricos, los lloriqueos sin sentido al ver una cara bonita y unos ojos azules. A esta reacción suelen acudir colegios: menores, más mayores, quinceañeras. Las chicas nos enloquecemos al ver en el póster de "17 Again" a Zac Efron, sonriente, amable, risueño, flequillo ordenadamente alborotado y su mirada de ángel azul. Colegialas y demás: bienvenidos al planeta Efron, el nuevo fenómeno sociológico en Estados Unidos, la tierra y parte del Universo. Mide 1,75, y es liviano, apenas pesa y tiene cuerpo de adolescente escasamente trabajado porque no le hace falta. Ojos profundos y sonrisa presta para deslumbrar a más de medio metro de distancia. Efron en acción siguiendo los pasos de Brad en "Thelma y Louise" o de Tom en "Risky Business".

¿La película? Evidentemente, un vehículo para el lucimiento de Zac. Se basa en la segunda oportunidad de un hombre maduro (Matthew Perry) para averiguar qué habría pasado de haber tomado otro camino en la adolescencia. Zac Efron es el adolescente que vuelve a ser joven. Es en ese terreno movedizo de adolescencia-madurez donde se desliza la película con cierta corrección. Nada nuevo bajo el sol, pero con el añadido del astro en acción: los que vayan a verla no necesitan nada más: sólo a Zac...

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